
Instrucciones:
- En un tazón grande, bate las yemas de huevo y el azúcar hasta que la mezcla esté suave y pálida.
- En una cacerola mediana, combina la crema espesa, la leche y el cacao en polvo. Cocina a fuego medio, revolviendo constantemente, hasta que la mezcla esté caliente pero no hirviendo.
- Gradualmente, vierte la mezcla caliente sobre las yemas de huevo, batiendo constantemente para evitar que los huevos se cuajen.
- Vuelve a verter la mezcla en la cacerola y cocina a fuego medio-bajo, revolviendo constantemente, hasta que la mezcla espese y cubra el dorso de una cuchara (alrededor de 170-175°F o 77-80°C).
- Retira la cacerola del fuego y agrega el chocolate picado. Revuelve hasta que el chocolate se derrita completamente y la mezcla esté suave.
- Añade el extracto de vainilla y una pizca de sal, y mezcla bien.
- Vierte la mezcla a través de un colador fino en un tazón grande para eliminar cualquier grumo. Deja enfriar a temperatura ambiente, luego cubre el tazón y refrigéralo por al menos 4 horas o hasta que esté bien frío.
- Una vez que la mezcla esté fría, viértela en una máquina de helados y sigue las instrucciones del fabricante para batir hasta obtener una consistencia suave.
- Transfiere el helado a un recipiente hermético y congélalo por al menos 4 horas o hasta que esté firme.
Servir:
- Sirve el helado de chocolate en tazones y, si deseas, decóralo con más chocolate derretido, trozos de chocolate o cualquier otra cobertura de tu elección.